Infante Felipe Próspero (Diego de Velázquez) |
El
príncipe Felipe Próspero (Madrid, 20 de noviembre de 1657 - Madrid, 1
de noviembre de 1661), fue el cuarto hijo del matrimonio formado por
Felipe IV y su segunda mujer, la reina doña Mariana de Austría, pero el
primero varón (1), lo que le convirtió desde el mismo día de su
nacimiento en el heredero universal de todos los reinos, estados y
señoríos de la Monarquía Hispánica, desplazando de la línea de sucesión a
sus hermanas las infantas María Teresa y Margarita Teresa.
El
bautizo de Felipe Próspero tuvo lugar el 15 de diciembre en la capilla
del Real Alcázar y se celebró durante varios meses. Las cartas del
embajador florentino en Madrid, Ludovico Incontri, testimonian que en
enero hubo una gran mascarada de casi cien caballeros Grandes de España y
a fines de ese mes o principios de febrero se hizo una fiesta de cañas
en la Plaza Real entre sesenta y cuatro hombres a caballo.
El teatro vino a sumarse a esos festejos con comedias como las de Calderón, El principe constante, El laurel de Apolo y Afectos de odio y amor; las de Solís entre las que destacó Triunfos de amor y fortuna, y El laberinto de amor
de Diego Gutiérrez, todas ellas repetidas en diversas ocasiones a lo
largo de los meses de aquel año de 1658 hasta llegar al primer
cumpleaños del príncipe que se festejó desde el punto de vista teatral
con Los tres afectos de amor de Calderón. (2)
Todas
estas celebraciones dan una medida de la importancia que tuvo para la
Monarquía Hispánica el nacimiento de un heredero varón del que estaba
carente desde la muerte del príncipe Baltasar Carlos en 1646. El
nacimiento de Felipe Próspero ponía fin a las peripecias dinásticas que
Felipe IV había tenido que realizar a través de sus hijas María Teresa y
Margarita.
Felipe
IV consciente de la importancia del pequeño Felipe Próspero le hizo
jurar como Príncipe de Asturias apenas un año después de su nacimiento
en 1658. Sin embargo, la salud no acompañaba al nuevo heredero: del
pecho y la cintura del niño colgaban campanillas y sonajeros dorados,
higas de azabache y oro, cascabeles (3)…, amuletos que en la mentalidad
popular se consideraban protectores de la infancia contra la envidia,
los celos, los maleficios y, lo que era más importante de todo en el
caso del pequeño príncipe, contra las enfermedades y la muerte. Sin
embargo, débil y enfermizo desde su nacimiento, poco pudieron hacer en
su favor todos estos objetos, pues la anemia y los ataques epilépticos
que padeció desde su nacimiento le condujeron a la muerte el 1 noviembre
de 1661, cuando aún no había cumplido los cuatro años, y apenas cinco
días antes del nacimiento del futuro Carlos II.
(1)
Antes de Felipe Próspero habían nacido de este matrimonio la infanta
Margarita Teresa, la infanta María Ambrosia (nacida y muerta en 1654) y
una niña nacida muerta e 1656.
(2)
Existe una descripción muy completa de estos y otros festejos en tomo a
este natalicio real en la relación de R. Méndez Silva, Gloriosa
celebridad de España en el feliz nacimiento y solemnisimo bautismo de
su deseado príncipe D. Felipe Prospero, hijo del gran Monarca D. Felipe
IV y de la esclarecida Reyna D. Mariana, Madrid, Francisco Nieto de
Salcedo. A costa de Domingo de Palacios y,Villegas, 1658.
(3) Véase el retrato que de él realizó Veázquez (imagen superior).
(Fuente)
Ana de Austria, Pantoja de la Cruz, 1602 |
Ana, la mayor de los hijos de Felipe III y
Margarita de Austria, como era costumbre dada la
mortalidad infantil, llevó amuletos cristianos, dos cruces más dos relicarios, y
el llamado cordón
apotropaico con los paganos: un colgante de cristal de roca para favorecer la leche materna, una mano
itifálica o higa de azabache contra el mal de ojo y un cascabel y una
campanilla para ahuyentar a los malos espíritus. En la mano derecha porta una ramita de coral para preservar su
vida y en la izquierda una pulsera con un colmillo de jabalí para proteger la
dentición. La descendencia de su hermano, Felipe IV, se malogró: el primer
heredero, Baltasar Carlos, parido por Isabel de Borbón murió ocho días antes de
cumplir los diecisiete años; el segundo, Felipe Próspero, parido por su sobrina
Mariana de Austria, murió a los cuatro años cinco días antes de que naciera el
tercero, Carlos II, con quien acabó la dinastía Austria en España. Uno de los
amuletos atávicos que ambos retratados llevan es la higa.
(Fuente)
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Fascinante. Toda una cultura que trasciende hoy dia entre la fe la magia y la superstición. Gran entrada. Enhorabuena
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