viernes, 2 de marzo de 2012

Pubertad y Adolescencia




Carta de un hijo a su padre

No me des todo lo que te pida, a veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.
No me grites, te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
No des siempre órdenes... Si en vez de órdenes, a veces, me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

Cumple las promesas, buenas o malas... Si me prometes un premio dámelo, pero también si es castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que los demás seré yo quien sufra.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídete y mantén esta decisión.
Déjame valerme por mí mismo, sí tu haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
No digas mentiras delante de mí ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro, me harás sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo haga algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hice, a veces ni yo mismo lo sé.


Cuando estés equivocado en algo, admítelo. Crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
No me digas que haga una cosa que tú tu no haces, yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
Enséñame a amar y conocer a Dios. No importa si en el colegio me quieren enseñar porque de nada vale si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios.
Cuando te cuente un problema mío no me digas: no tengo tiempo para boberías o eso no tiene importancia. Trata de comprenderme y ayudarme.

Y quiéreme, y dímelo, a mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.




Los adolescentes son una mezcla explosiva de curiosidad y despreocupación; en pocos años descubren la autoconciencia, la responsabilidad, el sexo, las drogas, las relaciones adultas, la independencia… ¿Para qué sirve la adolescencia? ¿Ha existido siempre? En este capítulo, Redes se introduce de la mano del zoólogo David Bainbridge en esta etapa exclusiva del desarrollo humano que, por incómoda y conflictiva que parezca, es la pista de despegue del pensamiento adulto. Y en la Mirada de Elsa, los propios adolescentes nos ayudarán a ver qué les ofrece la sociedad de hoy, y cómo se les puede ayudar a recorrer esta etapa crucial en su camino a la madurez.

Tres 14 

Hubo una época en la que dábamos un salto directamente de la infancia a la edad adulta. De los juguetes pasábamos al trabajo y a la hipoteca. Nos perdíamos la música, el baile y la diversión. Nuestro cuerpo cambiaba, pero a nadie parecía importarle. En 1904 el psicólogo americano Stanley Hall publicó un artículo llamado "Adolescencia" y así se empezó a reconocer una nueva etapa de la vida, que aún nos cuesta definir y entender. Cambia nuestro cuerpo pero también nuestro lugar en la sociedad.
Como muestra el primer reportaje del programa, para algunos científicos "adolescencia" rima con "inteligencia". Para otros, hablar de adolescencia es hablar de creatividad.
El segundo reportaje de "Tres 14" muestra como ser adolescente es sentirse incómodo, extraño, genial, enfadado, eufórico... De repente el cuerpo cambia, se transforma.. Hay muchas sensaciones y emociones nuevas. El entorno se vive distinto. Es como si de repente se abrieran los ojos y el mundo se hiciera más grande. Sólo hay una salida, hacerse el valiente, tomar aire y saltar ahí fuera, comerse el mundo.







"Un extraño en casa"



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